
[31/03/2025] Las inversiones globales en Inteligencia Artificial, particularmente en GenAI, están apostando a grandes transformaciones en gobiernos y empresas. En mi experiencia, he podido observar un panorama de contrastes: por un lado, empresas que están a la vanguardia de la innovación tecnológica, contribuyendo incluso a proyectos de código abierto; por el otro, organizaciones que apenas inician su camino hacia la modernización y que aún encuentran barreras significativas en el proceso.
Creo firmemente que la clave para avanzar radica en tres ejes fundamentales: la capacitación, la gestión eficiente de tecnologías y la colaboración con socios estratégicos. La falta de talento especializado es una de las principales barreras que impiden una adopción más acelerada de herramientas digitales. Por ello, es fundamental que las empresas inviertan en la formación de sus equipos y que los gobiernos implementen políticas públicas que fomenten la educación en tecnologías emergentes.
Otro desafío que he identificado es el acceso a infraestructura tecnológica adecuada. En particular, la escasez de hardware especializado para inteligencia artificial es una limitante importante. Sin embargo, he visto cómo la colaboración con partners y proveedores de nube puede abrir nuevas oportunidades para que más empresas experimenten con estas tecnologías. El costo de operacionalización será un desafío para enfrentar si la oportunidad de negocio se materializa.
No basta con tener acceso a la tecnología; es necesario también comprender su valor y aplicabilidad en el contexto de cada empresa. Por eso, me entusiasma ver el surgimiento de partners especializados en inteligencia artificial que están ayudando a reducir la brecha de conocimiento, mostrando casos de uso concretos y derribando mitos en torno a la IA.
Estoy convencida de que el impacto de la inteligencia artificial en las empresas de la región es innegable. Aquellas que la adopten de manera estratégica podrán mejorar su eficiencia, automatizar procesos y generar nuevas oportunidades de negocio. Pero las que se resistan al cambio podrían quedar rezagadas en un mercado cada vez más competitivo.
El código abierto y la colaboración con comunidades académicas presentan una oportunidad de compartir esta tecnología libremente a nivel global con una velocidad que nunca hemos tenido en la historia.
La transformación digital no es un destino, sino un proceso continuo. La clave para Latinoamérica está en fomentar una mentalidad de innovación constante, impulsar alianzas estratégicas y aprovechar las oportunidades que la tecnología ofrece. En este desafío, la colaboración entre empresas, gobiernos y la academia será determinante para construir un ecosistema más competitivo y preparado para el futuro.
CTOPerú