[15/05/2020] Quizás una de las pruebas más fuertes por la que están pasando tanto las empresas como las personas es su forzada y repentina adaptación a lo que ahora se denomina la 'nueva normalidad'. Nadie la vio venir, pero ya se encuentra aquí y es necesario adoptarla. ¿Cómo hacerlo?
Oracle realizó el pasado martes un evento llamado Oracle Connect en el que su invitado, Chris Colbert, ex managing director de Harvard Innovation Labs, responde a esa pregunta y plantea una serie de recomendaciones para encontrarse más preparados para el futuro. Sandra Guazzotti, vicepresidenta sénior de Oracle Latinoamérica, ofreció también su visión de los cambios a los que nos vemos lanzados debido a la pandemia.
Preparados para el futuro
Colbert. estudioso de las tendencias globales, sostuvo que debemos estar preparados para el futuro, sino estaremos destinados a desaparecer como aquellas compañías que hace unos años eran las más grandes del mundo pero que ahora casi no existen.
Según el ejecutivo, para estar preparados para el futuro es necesario estar abiertos, y el problema es que precisamente una de las grandes contradicciones que se pueden observar en la actualidad es que nos estamos cerrando. "Por ello una de las primeras tareas a realizar para poder estar preparados para el futuro es identificar en qué partes de nuestras vidas estamos cerrados y por qué estamos así”, sostuvo.
La falla de la actual sociedad es la desconexión, de acuerdo con el investigador, y una de las pruebas más recientes de esa falla es el cierre de fronteras que se ha producido.
¿Por qué nos cerramos? Colbert esbozó una explicación. Todos conocemos la pirámide de necesidades de Maslow. En la base se encuentran las necesidades más básicas, las fisiológicas, como respirar o alimentarse. Un escalón más arriba se encuentran las necesidades de seguridad, seguidas un nivel arriba por las necesidades de afiliación o pertenencia. Luego vienen dos niveles superiores, el cuarto que corresponde a la necesidad de reconocimiento y el quinto que abarca las necesidades de autorealización.
Colbert señala que la mayoría de las personas prefieren vivir en el statu quo, es decir, en los tres primeros niveles, pero para poder convertirnos en personas preparadas para el futuro debemos avanzar hacia los dos niveles superiores de la pirámide, aquellos que representan alejarnos del statu quo y que implican salir de nuestra zona de confort.
¿Por qué hacerlo? Porque de acuerdo con Colbert, no estar preparado para el futuro es un problema.
Para lograrlo no solo se requiere de saber que se tiene que cambiar, sino que se tiene que realizar un cambio en el comportamiento. Y, como señaló el expositor, solo hay dos motivadores para el cambio: la aspiración y la desesperación. El primero se relaciona con lo que queremos, el segundo con lo que necesitamos.
"Actualmente, estamos en un contexto que nos obliga a cambiar, es algo que ya no solo queremos, sino que necesitamos. Y para hacerlo hay lecciones que se deben aprender”, indicó Colbert.
La primera, de acuerdo al ejecutivo, es que uno tiene que comprometerse con ese cambio, sino nada se logra. "La segunda es que no debemos evitar la verdad ya que la verdad nos da libertad. La tercera es que tenemos que establecer intenciones, la cuarta es que debemos elaborar un plan para lograrlo, la quinta es que debemos aprender de la experiencia, pero también enseñar a partir de ella. La sexta lección es que debemos salir a buscar nuevos retos; y la última es que debemos buscar ayuda, seeek the seekers, como dijo el expositor”, anotó.
Quizás lo que más se deba de tomar en cuenta es que, en todo este proceso, lo principal es el hombre, la humanidad; para Colbert ser future-ready es lo mismo que ser human-ready.
Los desafíos del mundo postpandemia
El cambio por el que estamos pasando es exponencial, pero nosotros pensamos de manera linea, señaló, por su parte, Guazzotti. Existe entonces una brecha que se debe llenar y debemos pensar en cómo lograrlo.
La ejecutiva sostuvo que estos tiempos nos están dejando algunas lecciones. Una de ellas, por ejemplo, es que debemos colaborar; no solo a nivel de países, sino también al interior de las organizaciones. Además, otra de las lecciones que nos deja la pandemia es que más que invertir en tecnología, es necesario aprender a adoptarla para reducir las brechas que se mencionaron. Así, en realidad, el desafío que se nos presenta no es tecnológico sino de adopción de la tecnología y de aceleración del cambio en nosotros.
Uno de los productos de estos tiempos es el teletrabajo. Vemos que este nos ofrece oportunidades, pero también demanda nuevos estilos de liderazgo ya que ahora nos encontramos en un mundo 'más plano'. Este tipo de relacionamiento -el remoto- también está cambiando los paradigmas de la educación tanto para los estudiantes como para los profesores -que se han tenido que reinventar-, e incluso está transformando actividades tan presenciales como la propia medicina, a través de la telemedicina.
"Y el mundo va a seguir con este impulso híbrido (presencial y remoto a la vez) hasta que se encuentre una vacuna para la COVID-19”, indicó la ejecutiva.
Otro campo que se tendrá que repensar, de acuerdo a Guazzotti, es el de la logística pues la actual pandemia nos ha mostrado que las cadenas de abastecimiento globales no son adecuadas para una problemática como la que plantea un virus global. Se plantea ahora acercar la cadena de abastecimiento al lugar de consumo.
Finalmente, Guazzotti ofreció una lista de lo que considera los principales desafíos que se tendrán que enfrentar en el mundo postdigital.
El primero fortalecer la ciberseguridad en casa y en la empresa; es decir, incorporar técnicas de avanzada para detectar los peligros para minimizar el riesgo del factor humano. El segundo desafío es la brecha digital. Va a haber personas que tienen más acceso a Internet y a las tecnologías, va a haber países con más acceso a estos factores, y si no se hace algo por reducir estas brechas se llegará a un punto en el que estas sean insostenibles. El tercer desafío es lograr un balance entre la vigilancia del Estado y la privacidad de los datos.
Jose Antonio Trujillo